domingo, 9 de enero de 2011

Cicatrices


Si miro mi vida y lo que he hecho de ella desde una perspectiva nueva puedo fijarme en pequeños detalles, y algunos no tan pequeños. Un claro ejemplo de esto es que ya me acostumbre a las despedidas. Desde corta edad tuve que vivir cosas que no eran acorde con lo que tenia que experimentar en esa época pero aun así lo afronte... bueno, no podía de otra. A medida que fue pasando el tiempo, los años eran solo estorbo para lo que para mi era una espera sin sentido y sin fundamento. No mucho tiempo después las circunstancias se hacían mas difíciles de controlar y en ese justo momento me encuentro cara a cara con una herida que no conocía, con un dolor jamas sentido ni vivido. Al parecer aunque pretendamos un alma de acero no llegamos ni a una de roble. Deja de fingir, vive lo que sientes y sin censura.