
Ante todo, es necesario que tengamos el conocimiento de lo que es sufrir. Dícese del acto en el que un ser humano se preocupa y se altera por cosas innecesarias hasta el punto de estresarse y llorar amargamente. Sabiendo ya esto, podremos proseguir. Debemos tener en cuenta que la situación no debe ser perturbadora, solo lo suficientemente ridícula como para ocupar nuestra mente en pensamientos vacíos. Una vez cumplamos esto, perdemos la paz y estamos más cerca del objetivo. Ocupe su tiempo en las más insignificante detalle y sea pesimista hasta en el más mínimo rayo de esperanza. Por último, abandone sus sueños y dirija su mirada a los vicios y dificultades. Que la soledad lo acompañe, y buena suerte.
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