
Me levanto y miro la hora como todos los días. Volteo y veo que no estas. Te busco entre las sabanas y al parecer te has escabullido entre ellas. Mi corazón late y fuerte y espera no perderte. Salgo y veo que estas en la cocina, preparando el desayuno. Me miras y te miro. Me sonrojo al pensar que me habías olvidado. Ambos sonreímos y nos damos cuenta que estamos enamorados.
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